Entro en Facebook e introduzco en la casilla de búsqueda el nombre de un restaurante —al que suelo ir de vez en cuando— para ver qué menú tienen hoy. Y lo que encuentro es un perfil personal, de forma que si quiero mantenerme informado de las novedades… ¡tengo que añadirlo como amigo!
Para muchas personas esto puede que no sea un inconveniente; tampoco se manejan muy bien con esto de las redes sociales —todavía— y no les importa con quién comparten su información personal… o quizás no saben que lo están haciendo… todavía. Pero otra gran cantidad de usuarios más experimentados dudan y quizás no le den al botón, por lo que habremos perdido una importante posibilidad de fidelizar la comunicación.
Una de las cosas que más me llama la atención en Facebook, es que las empresas, comercios, instituciones, etc. utilicen la forma de perfil personal para difundir sus actividades, servicios o productos. A parte de los problemas prácticos que he descrito y seguiré comentado más adelante, percibo falta de profesionalidad y de un buen asesoramiento. Pienso que están perdiendo potencial de comunicación.
Pero, ¿de qué va todo esto?
Para poder entenderlo, vamos a aprender a distinguir los dos tipos de cuenta que se pueden crear en Facebook:
Por un lado está la cuenta personal (o perfil personal). Es la que todo el mundo crea por defecto, la que te propone la web de Facebook en cuanto accedes a ella sin iniciar sesión. En este tipo de cuenta, podemos poner nuestros datos personales (nombre, sexo, ciudad de residencia…) y vamos a poder crear las actualizaciones de estado por todos conocidas. Otra característica significativa es que vamos a solicitar amistad a otros usuarios de la red y vamos a recibir solicitudes que podremos aceptar o no, creando una red de amigos o contactos con los que nos mantendremos en comunicación.
Por otro lado están la Página, que está destinada a empresas, marcas, comercios, personajes célebres, bandas de música, etc. Su creación es algo más compleja y requiere que introduzcamos varios datos que definen su naturaleza: nombre, a qué categoría pertenece, dirección, etc. La característica más importante para nuestra actual exposición es que en vez de «amigos» conseguimos «Me gusta» de otros usuarios.
Otra forma de compartir información en la famosa red social son los grupos, pero estos no tienen tanto que ver con lo que comentamos ahora.
Cada cosa para lo que está pensada
Una vez conocidas las principales diferencias entre cuenta personal y página, lo que nos interesa es saber cómo llega nuestra información a nuestro público objetivo. Como llega y cómo este la percibe. Con una cuenta personal, el interesado se ve obligado a solicitar nuestra amistad, le interese o no que formemos parte de su círculo de amistades. Osea, le guste o no que el intercambio de información sea en ambos sentidos, que podamos ver sus fotos, cuales son sus amigos, los enlaces que comparte, sus cambios de estado, etc. Para mucha gente supone una intromisión en su privacidad. No a todo el mundo le apetece y tampoco todo el mundo conoce las opciones de «Acceso restringido» que se pueden aplicar a algunos amigos (esto lo explicaré en otra entrada más adelante).
Si bien es cierto que los cambios que Facebook introdujo hace ya un tiempo en su sistema penalizan bastante a las páginas, de forma que sus actualizaciones no llegan todas a nuestra bandeja de «Últimas noticias», también es cierto que tenemos algunas herramientas que nos permiten llegar de la mejor manera a nuestro objetivo. Entre estas se encuentra la repetición —no demasiado pesada— de nuestros mensajes, la utilización de perfiles personales propios y reales para dinamizarla e incluso algunas de pago como los anuncios.
En todo caso, nos guste más o menos, las normas que aceptamos al crear una cuenta en Facebook, del tipo que sea, le permiten a la compañía borrar una cuenta personal sin previo aviso si observan que está siendo utilizada para un negocio o una entidad distinta a la personal. De hecho, tampoco está permitido tener dos cuentas personales, sino una por individuo real, no ficticio.
Aún hay una tercera razón para utilizar una página, y es la misma que ha dado pie a este artículo: cara a las personas que son nuestro objetivo comunicativo, el presentarnos como lo que somos (un comercio, una revista, una empresa…) siempre les va a transmitir una mayor seguridad y sensación de profesionalidad. No tienen por qué llevarse la sorpresa de descubrir que nuestra empresa es hombre o mujer :-).
Tengo una cuenta personal para un negocio, ¿y ahora qué?
A esta altura del artículo nos puede surgir la pregunta «He creado una cuenta personal y quiero mejorar la forma en que me comunico con mis clientes, ¿cómo puedo hacerlo?»
La opción más sencilla —sin abandonar nuestra cuenta personal como medio— es abrir la opción de “Seguir” a “Todos” en nuestro perfil personal, de forma que los interesados puedan agregarnos a sus “últimas noticias” sin necesidad de solicitar amistad. Seguramente habréis visto que algunos de los perfiles que visitáis tienen una nota que dice: «Le siguen x personas». Lo único que tendremos que tener en cuenta en este caso, es crear nuestras actualizaciones de estado marcando “Público” y no “Amigos” para que de esta manera lleguen a todos sin problemas. Aún así esta solución no es elegante y nos arriesgamos a que Facebook cierre nuestra cuenta sin más explicaciones y perdamos todos nuestros contactos de un plumazo.
La opción más completa sería crearnos una página con el mismo nombre y fusionarla con el perfil personal para convertir nuestros amigos en “Me gusta” en nuestra nueva página. El inconveniente de esta opción es que todo el contenido de ambas cuentas desaparece, así que pensadlo bien antes de decidíos. Aquí tenéis un enlace que explica como hacerlo.
Conclusión
En las relaciones de comunicación en Internet y en las redes sociales existen ciertas normas y leyes que es conveniente aprender y aprovechar, al igual que en las relaciones cara a cara y la comunicación a través de los diversos medios impresos y audiovisuales, a los que estamos bastante más habituados. Actualmente las redes sociales son un recurso muy potente a nuestro alcance para hacer llegar nuestra información a muchas personas. Pero hay que asesorarse bien para poder sacarles el mayor partido y sobretodo, no entrar como elefante en cacharrería.
Más adelante explicaré en otra entrada cómo realizar alguna de las tareas concretas que se citan directamente o de pasada en el texto; mientras tanto, podéis dejar vuestras consultas o aportaciones en los comentarios.